Este contenido fue publicado originalmente para el portal MujeresDigitales.org
La tecnología se ha convertido en esa herramienta casi mágica que nos permite hacer virtualmente cualquier cosa. Debido a esto muchas personas la usan cada día como una manera de progresar y cambiar el mundo de maneras inimaginables.
Hace bastante tiempo se me ha cuestionado y me he cuestionado cómo lograr que las mujeres se involucren en la construcción de software. Somos más consumidoras que creadoras; sin embargo, esta situación nada tiene que ver con lo que como mujeres estamos en capacidad de hacer.
En la aventura de buscar respuestas, entre encuentros y desencuentros con mis ideas sobre el tema, una de las explicaciones más comunes entre las mujeres ha sido tener intereses o motivaciones por temas diferentes, así que decidí contarles mi historia.
Mi sueño siendo muy niña siempre fue ayudar a otros. Escribía poesía, ganaba concursos de arte, vivía cantando y tocaba instrumentos musicales. Profesores y amigos se sorprendían al escucharme decir que estudiaba ingeniería informática. ¿Cómo pasó?, se preguntaban.
Escucharlos repetidamente, logró que yo misma me hiciera esa pregunta, pues hice una carrera técnica por azar. ¿Significaba eso que había dejado de ser yo misma? ¿Que había olvidado mis reales intereses o vocación? Afortunadamente, no fue así. Con el paso del tiempo y la madurez entendí lo que hoy comparto con ustedes: la tecnología se convirtió en mi aliada para alcanzar metas y sueños.
Me dediqué a enseñar, a transmitir mi conocimiento y pasión por lo que hacía, a otras personas; me encapriché con la idea de entender conceptos complejos para enseñarlos de forma sencilla; me enamoré de crear, de tener ideas y de poder hacerlas realidad en la pantalla de la computadora o celular de otra persona, toda mi creatividad y habilidades se transformaron en lo que hacía siempre, pero a través de la tecnología. Y seguía siendo yo misma.
Entendí lo que podía hacer y cómo podía transformar el mundo a mí alrededor, y al evaluar qué lo hizo posible, solo puedo decir que necesité decisión, voluntad y trabajo. ¿Acaso cualquier cosa que queramos lograr no lo requiere? ¿Verdad que sí? Creo firmemente que cualquiera de nosotras que tenga una idea o un sueño, puede valerse de la tecnología para alcanzarlo. Sencillamente puede hacerlo por sí misma ¡Se los garantizo!
Vanessa Hurst, fundadora de Girls Develop IT, me inspiró con algo que la escuché decir:"Creo que si alguien me hubiese dicho que el software trata realmente de humanidad, de ayudar a otra gente usando computadores, hubiese cambiado mi punto de vista mucho antes."
Como cualquier artista, un programador toma una realidad y la plasma a su manera. La tecnología en sus diferentes formas, no es un fin sino un medio, y si no sabemos cómo usarla como herramienta para potenciar nuestras ideas, tampoco sentiremos curiosidad alguna por entender de qué manera funciona o cómo podemos crearla. A muchas personas les fascina aprender por aprender, muchas otras nos conectamos más fácilmente con una idea que nos ayuda a alcanzar nuestros sueños, y quizá allí está la clave.
Un video promovido masivamente hace un tiempo en redes sociales muestra una situación particular respecto a un campo específico de la tecnología, "crear software", algo tan cotidiano, cercano y necesario, que a muchas les sorprendería saber que pueden hacerlo.
El video se inicia con una pregunta implícita "¿Cómo podría una niña o un niño querer ser algo que no logra entender?", entendiendo que lo mismo sucede con nosotras, las invito a verlo.
Algunas frases por rescatar en el video plantean ideas como que programar realmente no es muy diferente a tocar un instrumento o practicar un deporte, es algo que puede aprenderse, puede parecer muy intimidante pero muchas cosas son intimidantes. Programar es solo una manera de expresar creatividad, el único límite es la imaginación y no tienes que ser un genio para aprenderlo.
Algunas frases por rescatar en el video plantean ideas como que programar realmente no es muy diferente a tocar un instrumento o practicar un deporte, es algo que puede aprenderse, puede parecer muy intimidante pero muchas cosas son intimidantes. Programar es solo una manera de expresar creatividad, el único límite es la imaginación y no tienes que ser un genio para aprenderlo.
Las últimas décadas las mujeres hemos luchado de forma vehemente por la posibilidad de tener los mismos derechos, ocupar los mismos espacios, tener las mismas oportunidades. Hablar de todo esto es una invitación abierta, una manera de compartir que sí podemos hacerlo, cada una de nosotras puede, es cuestión de decidirse.
Existe una gran tendencia por invitar a la gente a crear cosas, en el ámbito de la construcción de tecnología no existen barreras que nos imposibiliten aprender, construir o transformar. Internet, el mismo lugar donde somos en mayoría consumidoras de tecnología, se encuentra poblado de iniciativas, herramientas, personas y comunidades, dispuestas y dedicadas a enseñar sobre cómo construirlo todo.
Empezar es tan simple como pensar en aquello que sueñas, e imaginar cómo lo resolverías con la misma tecnología que usas a diario. El paso siguiente sólo requerirá de toda tu decisión y amor por aprender, y de toda tu autoconfianza para saber que puedes lograrlo.
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